lunes, 24 de marzo de 2025

Topatumba

Hoy Oliverio Girondo

Frontera y umbral de las palabras: arrebato poético su libro último, donde desborda límites y amalgama vocablos para crear otros nuevos con múltiples sentidos. Experimentación extrema con el lenguaje, que se desborda y se multiplica en cada verso.

Como en su "Topatumba"      

Topatumba - Poema de Oliverio Girondo

Ay 

mi más mimo mío

mi bisvidita te ando

sí toda

así

te tato y topo tumbo y te arpo

y libo y libo tu halo

ah la piel cal de luna de tu trascielo mío que me levitabisma

mi tan todita lumbre

cátame tu evapulpo

sé sed sé sed

sé liana

anuda más

más nudo de musgo de entremuslos de seda que me ceden

tu muy corola mía

oh su rocío

qué limbo

ízala tú mi tumba

así

ya en ti mi tea

toda mi llama tuya

destiérrame

aletea

lava ya emana el alma

te hisopo

                    toda mía

ay

                    entremuero

                                        vida

me cremas

                            te edenizo.



viernes, 21 de marzo de 2025

Nunca borrar

 UNA TÉCNICA DE ESCRITURA PARA EVITAR EL OLVIDO

Una técnica de escritura: Escribir, escribir siempre y nunca borrar


Cuántas veces preguntan a los escritores más o menos exitosos cómo escriben, es decir, dónde han aprendido a escribir, la técnica que utilizan, cómo organizan los personajes, o seleccionan los contenidos, en qué se basan, cuáles son sus fuentes de inspiración.

¡¡Y cuántas sorpresas de muchos colores nos deparan sus respuestas!!

Un buen puñado de firmas famosas suelen contestar que a escribir se aprende escribiendo y que ellos lo han hecho desde muy temprana edad, y por supuesto, leyendo. Y escuchando historias a los abuelos, a algún tío que volvía de ultramar y contaba sus viajes de intrépido marino.

Yo creo que para escribir hay que fijarse mucho, y mirar mucho también: con los ojos de la cara y de la inteligencia, y observar. Ojos de búho atento. Siempre con la antena conectada.

Mirar y no dejar de mirar. De la mirada a la imaginación y a la fantasía. Inventar vidas, conversaciones, crearlas y recrearlas a nuestro gusto y manera. En la marquesina del bus esperando el trasporte público o la ruta escolar, en el súper o en el parque, en los teatros y en las calles…con mascarilla y con la distancia social reglamentaria, ¡¡pasan tantas cosas!! Y todos los días, solo hay que estar “ojo avizor”. Y a escribir…

Pero la memoria es frágil.

La mayoría de los escritores coincide en el truco y la estrategia de apuntar, y apuntar de todo. No sé si a la manera de nuestros antiguos apuntes académicos, o sí, tal vez ayude… ahora no tanto porque casi todo va en ordenador… esos folios de notas tomadas en clase a toda velocidad, llenos de símbolos y abreviaturas que solo el dueño era capaz de entender, han sido sustituidas por los audios y el tecleteo.

Escribir listas de cosas por hacer, cosas que comprar, cosas que recordar, muchas cosas…me estoy repitiendo, lo sé: pero ocurre que en parte la técnica de la escritura consiste en eso: en repetir. Borrar, NUNCA, en mayúsculas. Trazar esquemas, flechas, guiones y comillas, todo un diseño de simples bocetos que van a cobrar vida con el tiempo, a corto, medio o largo plazo.

Y no cejar en el empeño como muchos dicen hoy en día. Continuar…


Escribir es una labor de artesano, de soplar poco a poco el cristal o moldear con tesón el barro.

Papeles y papelitos metidos en tantos  sitios  luego olvidados y vuelta a escribir.

Y todo vale. Yo defiendo que cuando nos viene una idea no conviene dejarla escapar.

Una idea, un pensamiento, una opinión, un argumento o una emoción. Y plasmarla: cuanto antes, mejor.

Recuerdo nuestras redacciones: “La primavera”, “¿Qué vas a hacer durante el verano?”, “Describe el fin de semana”… Lo de siempre, y nos parecía monótono y aburrido. No, en absoluto.

Ahora nos devanamos la sesera en lograr pura originalidad, llegamos al estrambote y a la psicodelia. Y yo entono el mea culpa, claro que sí.

Conviene escribir para no olvidar: las historias que escuchamos o las vivencias propias; para realizar un ejercicio de memoria tan devastada por ciertas moderneces educativas.

Y una vez ya con ganas y tiempo para escribir, avanzar unas líneas más: añadir recuerdos, imágenes y sentimientos; llenar el prosaísmo de la cotidianeidad de algo nuevo, o dejar la realidad tal cual la vemos o nos la plantean.

Reposar. Dejar que descanse el escrito. Nunca revisar inmediatamente lo que acabamos de expresar. Los ojos y el cerebro, somos conscientes de que para escribir empleamos algo más que los apéndices digitales, no dan más de sí. Que se echen una siesta un rato.

Y luego, después de pasear al perro, o ver una serie, o preparar la cena…retomamos lo que ya forma parte de nuestra historia. Verba volant…y ahora es cuando acecha la tentación: con pálpito releemos, y la temible tecla “delete” nos espera sonriendo para que la pulsemos. NO: Borrar, nunca.

Si lo hacemos una vez, entramos en bucle y no dejamos de escribir y borrar, escribir y borrar, encadenando eslabones de un cordón interminable.

Propongo una lectura tranquila sin ánimo justiciero: y a partir de entonces, modificar, añadir, cortar, aumentar a modo de patchwork.

Ya tenemos la segunda versión. Deberíamos buscar a un “sufridor” como en antiguos concursos para que nos escuche lo que acabamos de reescribir: a poder ser alguien que nos aprecie pero que no sienta amor desmedido por nosotros.

Tendremos de esta manera dos puntos de vista: el ajeno y el propio. Nosotros mismos nos vamos a escuchar y parece que estamos en otra sintonía. Nada más lejos que sentir de nuevo la dichosa tentación de borrar.

Después de este ejercicio oral y del esfuerzo que hemos realizado, un nuevo descanso.

Sí. Escribir es una labor de artesano, de soplar poco a poco el cristal o moldear con tesón el barro. De nuevo, ante ese primer y retocado intento de escritura, leemos y damos los últimos toques.Ya tenemos unas líneas definitivas para entregar.

Borrar, nunca.

(Publicado en 2021 en El Obrero)

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martes, 18 de marzo de 2025

No me gusta Lisboa: lo natural y lo común

 

No me gusta Lisboa

Cuando dices que vas a Lisboa, se ilumina la cara de quien lo escucha: “¡te va a encantar! ¡Qué ciudad, es preciosa!, ¡qué suerte!”

Cuando aclaras que es tu cuarta visita, las afirmaciones anteriores se redoblan: “¿a que sí?, ¡seguro que vas a descubrir cosas nuevas!, ¡yo viviría allí! …”

Y cuando concluyes que no, “que no me gusta, nada, pero nada es cero” que es la cuarta vez en la capital lusa y que en esta ocasión acompañas a alguien por primera vez, la sorpresa y el desencanto ajeno estallan en el otro.

Claro, que también me dirán por qué insisto una y otra vez.

A Lisboa viajé durante la luna de miel, un 1 de noviembre frío y neblinoso, gris y triste. Hotelazo.

A Lisboa volví un 9 de noviembre para un congreso sobre Cervantes: frío y con huelga de taxis, buen tiempo y excursiones a lugares turísticos. Hotelazo.

A Lisboa regresé un 30 de abril, puente madrileño: con mi hija; soleado, buen tiempo, visitas a lugares turísticos, restaurantes, fado. Hotelazo.

A Lisboa volví un 8 de agosto. Vacaciones estivales, con mi hijo. Canícula, visitas turísticas y cultura. Mucha interacción social. Hotelazo.

He creído necesario dar estos breves apuntes para matizar mi aseveración: “Lisboa no me gusta y punto, pero, por favor, no me perdonen la vida, no me miren mal”.

Parece que el sentido común invita a identificar Lisboa con una suerte de placer, encantamiento y gusto que a todo el mundo arrebatan, es decir al común de los mortales les gusta. Y a mí, no.

Quizá lo común no sea lo natural, es decir, que si a mí, una ciudad, en este caso, Lisboa, no me gusta, no estoy adoctrinando, ni mucho menos expresando mi ideología, tan solo una opinión, personal, valga el énfasis, de algo que va contracorriente, porque parece que lo natural es que Lisboa le guste a todo el mundo; sanseacabó, y ojo de aquel que diga lo contrario.

Pues bien, ni por costumbre, ni por tradición, ni por sentido común, la opinión es un derecho que ejercemos. Y tiene el valor que tiene. Como casi todo en esta vida, relativo y referencial.

No me gusta Lisboa
A mí no me gusta Lisboa: está vieja y rota (ya sé, me dirán quienes me lean, ese es el encanto) y sucia e incómoda (ya sé, insistirán: pervive un aire decadente).

La he visitado en varias ocasiones y con diferentes motivos, le he puesto ganas, muchas y no hay manera.

No me gusta el fado, ni las calles empinadas, ni los taxis…

Me gustan el café, y los postres, alguna librería y la fundación Calouste Gulbenkian.

Me gusta escuchar a mi hijo hablar en portugués, a mi hija en inglés y a mi marido disfrutar del bacalao.

¿Ven? Algo es algo y es mucho.

Seguro que volveré…una vez más, pero no para intentar que me guste ni para formar parte del sentido común ajeno que propina a la menor de cambio que Lisboa gusta sí o sí a todo el mundo.

Hoy por hoy, Lisboa no me gusta y tenemos la suerte, todos, de poder expresarnos así.

¿Y qué pienso de PARÍS?

viernes, 14 de marzo de 2025

Semure

 

Zamora - Catedral y Palacio Episcopal desde la otra orilla del Duero
Zamora - Catedral y Palacio Episcopal desde la otra orilla del Duero
Archivo personal

- Colaboración de M. Regalado

Despierta somnolienta
–"somnolenta"-
la vieja Semuret.

Aún las diez no son dadas
y el silencio se enreda en estos muros,
y el empedrado calla.

Enemiga mortal de los silencios
y a resguardo en su alto campanario,
una campana osada
se atreve a resonar.

La cigüeña la escucha, indiferente,
y comienza su día
en románicas piedras asentada.
Allá arriba, su nido
comparte espacio y tiempo
con la piedra hecha historia,
con la firma indeleble del cantero.

Se están recomponiendo
las calles,
las plazuelas,
las tiendas centenarias,
-“abrimos a las diez”-

y en esa espera,
en el silencio roto sólo por la campana,
Samurah es más vaccea,
más celta, más romana,
más medieval,
más nuevamente vieja.

Viriato, Doña Urraca, 
Vellido Dolfos 
o el propio Arias Gonzalo
podrían aparecer al doblar una esquina.


martes, 11 de marzo de 2025

“Vivió como siempre quiso…”

 

La sombra de la mujer opacada
imagen generada con IA

Cuántas veces hemos leído y escuchado esta frase en el obituario de alguna mujer famosa. Como si no hubiera muchos más datos que añadir, esta afirmación sirve para decir mucho o poco de la finada, según se mire.

Nunca la he visto aplicada con el mismo sentido a ningún varón, y a poco que analicemos las entretelas, deja al descubierto todo un imaginario misógino propio de machirulos. Y también van encubiertas no pocas féminas en esta categoría.

Cuando una mujer, casada, sacramental o civilmente se separa con algún hijo a cuestas, le caía la mundial, en aquellas décadas de grisura social y cultural: a ella le correspondía ser la donna angelicata, y la almohada del guerrero que con escafandra de una indómita lucha laboral volvía al hogar a reclamar lo suyo.

Hubo algunas mujeres que se atrevieron a poner pie en pared, y a decir, que nanay, que cada uno en casa apoquina lo correspondiente. ¡Qué adjetivo tan manoseado!

-Ella vivió como quiso... después de cumplir con las expectativas de todos los demás
-Él vivió como quiso... el mundo le enseñó que la libertad era suya por derecho. .

Ese prefijo CO- de corresponsabilidad, colaboración, coparticipación se fue a la “poubelle” que dirían los franceses.

Si una fémina decide que, hasta aquí, que basta de machaque, es percibida como una visionaria, una adelantada, alternativa, innovadora…vamos, que rompe moldes y ¡¡ay, diosmíoquévaserdella!! (así, pronunciado del tirón, todo seguido).

Se trata de mujeres que antepusieron su bienestar propio, su dignidad y su capacidad decisoria frente al pánzer masculino que todo lo aplastaba y que a todas o a casi todas domeñaba.

Una mujer separada, soltera, viuda, casada… que sale y entra, sube y baja, hace lo que quiere solo está ejerciendo su derecho a ser y a estar. A ser ella misma y a estar donde quiera estar.

Ocurre que son casos de mujeres avezadas en recibir improperios y latigazos físicos y psicológicos, que salen en la pantalla y en los medios, de las que nunca nos habríamos imaginado con unas vidas amordazadas y que rompen moldes porque necesitan y quieren vivir ellas por sí mismas.

“Vivir como siempre quiso” alude casi siempre a un libertinaje mal entendido, a un salirse de los márgenes establecidos, a hacer de su capa un sayo y luego la encumbran en el pedestal de autonomía y autoafirmación. Cuanto prefijo AUTO- socavado y escondido.

Ellas vivieron como pudieron, como las dejaron…no sé si tanto como quisieron.

Hacer uso del derecho a ser persona no es “vivir como quiso” es vivir como corresponde a todo ser humano.

domingo, 9 de marzo de 2025

Ceremonia de los premios Blanco, Negro y Magenta 2025

  

Blanco, Negro y Magenta
El pasado viernes 7 se celebró en el auditorio del Museo Thyssen una nueva edición de los premios que concede la Asociación Blanco, Negro y Magentauna asociación de mujeres artistas que trabaja desde las artes visuales sobre el concepto de igualdad; además de dar visibilidad a las mujeres artistas y denunciar las injusticias que se producen contra las mujeres, la asociación lleva a cabo una continua lucha contra la violencia machista.

El viernes a las 6 de la tarde, nos reunimos un numeroso público en un acto festivo para reconocer el trabajo de las fotógrafas María Antonia García de la Vega y Soledad Córdoba; premiar al mejor aliado: Luis García Montero, a la Fundación Enaire y al programa El intermedio por sus secciones “Goles son señores” y “Mujer tenía que ser”.

El premio al compromiso fue este año para Cristina AlmeidaPaca Sauquillo y Manuela Carmena.

Hubo danza, aplausos, sonrisas y carcajadas, afecto y ternura. Recuerdos a quienes no nos acompañan ya, deseos de solidaridad y ganas de continuar estableciendo puentes, rompiendo muros. Una red de manos amigas desde el arte creado por mujeres. 

sábado, 8 de marzo de 2025

Vacacionando por la Sierra Norte de Madrid

 
Puebla de la Sierra (Madrid)
Puebla de la Sierra
https://www.espanafascinante.com/


Un martes de descanso laboral, conducimos por la carretera de Burgos camino de algunas localidades que configuran la región de la Sierra Norte de Madrid.

Importante no perder de vista el mapa, a veces el norte se identifica y se confunde con el oeste; aclaradas las coordenadas ponemos rumbo a Puebla de la Sierra. La carretera durante todo el trayecto, muy transitada de ocio y negocio; está claro que no coinciden las mismas fechas festivas según sea el ramo profesional de cada uno.
En cualquier caso, vigilancia atenta al tráfico rodado para disfrutar de la ruta. Día templado, gris y nublado, a ratos se abren claros, pero amenaza agua que aparece en algunos tramos: raras son las ocasiones “pascueras” que no moja algún día procesiones, paseos, eventos y planes familiares de todo tipo. Primavera en ciernes a pesar del almanaque: ya debería estar todo florecido, o casi…al fondo las estribaciones de Guadarrama abarcan todo el horizonte que cubre nuestra vista. Por más que ampliemos ángulo de visión la sierra enmarca el cuadro.
Comienzan las localidades tan apretadas y compactas a uno y otro lado de la vía: Piñuécar y Prádena del Rincón, entre otras. Se podría componer un poema narrativo o una narración poética con sus nombres, identidades longevas que rememoran vestigios territoriales, dominios antiguos y señoríos limítrofes diluidos, posesiones heredadas…hoy nueva vida y nuevas vidas.
La vía principal separa casas solariegas a diestro y siniestro: paseantes, niños jugando y tiendas abiertas. Casas rurales, apartamentos, actividad tranquila y movimientos pausados previos a la hora del aperitivo.
Frio y viento, estirar las piernas y recorrer las calles empedradas con olor a ganado. Campo y montaña, esculturas…carretera minúscula que serpea por la superficie montañosa a lo alto hasta que desciende de nuevo culebreando y reposa en Garganta de los Montes. Parada y fonda. Todo preparado para acoger al visitante que desde la capital espera llenar los pulmones y vaciar la mente.
Garganta de los Montes - Escultura "Altarera"
Garganta de los Montes
https://www.gargantadelosmontes.es/index.php/2017/11/13/escultura-altarera
/

Tiempo de asueto dedicado a próximos y a nuestros allegados, saludos a lugareños que acostumbrados a los foráneos, ofrecen su mejor sonrisa sin interrumpir quehaceres cotidianos.
La sierra siempre sorprende más allá de los conocimientos de geografía que hayamos atesorado en años escolares. Ahora al recorrerla y pisarla a través de sus localidades, revivimos imágenes, recreamos páginas que saltan del atlas a nuestra vida real.
Fuentes y cauces, bosques y sonidos placenteros, sin estridencias. El paisaje semeja un locus amoenus clásico en plena vigencia de la actual centuria. Tan cerca de la ciudad, de las nubes que descargan una lluvia fina, abrigarse y seguir por los senderos trazados de unos pueblos que esperan y están, crecen y permanecen. Tan cerca siempre en estos momentos de descanso personal, de recuerdos, memorias, personas y sentires. Sin olvidar…Más allá y aquí, centro de un presentismo emocional. La  Sierra Norte de Madrid invita a volver.

martes, 4 de marzo de 2025

Libros de autoayuda: ¿pasta? ¿catarsis?

 

Libros de autoayuda:  realidad o engaño y negocio

Menudo filón editorial, la autoayuda.

A mis estudiantes les digo que ya lo inventó Gracián, aquel presbítero católico allá por el siglo XVII, cuando enjaretó unas cuantas máximas de vida y un modus operandi en su Oráculo manual y arte de prudencia. Recuerdo la época en que algunos políticos de nuestro país afirmaban tener dicha obra como libro de cabecera. En fin …

En la actualidad día sí y día también nos inundan consejos ajenos de cómo ser feliz, ignorar al jefe, entender a la genZ, dónde buscar amigas “vitamina”, y hasta elegir la dieta que evita ese tumor maligno.

Esos autores y esas autoras son genuinos vendedores de pócima “crecepelo”, feriantes de carromato, engañabobos y escritores a medio cocer: periodistas, psiquiatras, cantantes, presentadoras…vaya patulea de chamanes venidos a más, gurús de chichinabo y, por encima de todo, listos, muy listos.

Libros de autoayuda ¿nos manejan como a marionetas?

Sus libros de “autoayuda” son lo que aseguran, y nunca mejor que ahora el acudir a la etimología: auto-, o sea, para ellos mismos, porque necesitan catarsis propia (a los ajenos, a sus próximos…que les den) y, sobre todo, pasta, mucha pasta la que se embolsan con engañifas: cuatro expresiones ocurrentes, dos simplezas mal gramaticalizadas y jeta, una gran dosis de caradura.

Los libros de autoayuda… ¡Ay, si Baltasar levantara la cabeza!

sábado, 1 de marzo de 2025

Esos cielos de verano... tan bonitos

cielo nubes caprichosas
cielo en A Guarda (Pontevedra) - archivo personal

Me distraigo con los hombres y las mujeres del tiempo.

Se mueven por la pantalla en un ir y venir frenético, imparable, ademanes por doquier, gestos y más gestos, bamboleo de brazos y manos, señalando aquí y allí. Imposible concentrarse. Quizá son los nuevos “tiempos” que marcan modas y épocas, lejanas de otras anteriores.

Al final, acabo consultando qué va a hacer mañana o como mucho en los próximos tres días, en mi móvil. Sin animación, “quieto parao” y así retengo lo que me interesa.

Y a partir de ahí, de esos datos…me gusta mucho contemplar los cielos de verano.

Como los pescadores, o los pastores y agricultores que amanecen (o antes, incluso) y levantan la cabeza, en silencio a ver cómo vienen dadas hoy. Expectación diaria.

cielo en Dubrovnik
cielo en Dubrovnik - archivo personal

Yo miro por la ventana y observo colores, siempre hay matices, un cromatismo que se percibe con ojos de bienestar, sorpresa, miedo, ilusión…imprevisibles, tal vez: distintos, siempre… más allá de la latitud donde uno se encuentre.

Siento predilección por la gama de los metalizados: grises que conocí en las pinturas de El Greco, envueltos y cubiertos por un blanco manchado de cúmulos o nimbos…también los estratos se superponen.

Y por los celestes velazqueños que no siempre son azules, sin más, recorren la claridad y la oscuridad a su gusto.

cielo azul
cielo en Madrid - archivo personal

Los enrojecidos de los impresionistas se acercan a la mínima expresión de un cielo delineado, y los cubistas enmarcan una planicie celeste sospechosa y poco natural.

Amanece y por el norte se anticipan temperaturas cálidas pero el cielo aventura más bien lluvia. Día cubierto de nubes espesas que recortan un paisaje verde intenso. Grises suaves y resquicios de un blanco incipiente, el horizonte apunta tormenta. Parece que se desplazan esas masas apagadas allá arriba, lánguidas…en la paleta etérea se adivina un día de bochorno veraniego.

mar y cielo reflejos
cielo sobre el Duero en Zamora - archivo personal

Amanece por el centro y el día tornasolado de una bruma mullida promete calor. Mi retina capta un blanco tiza enredado en el azul pastel.

Son cielos bonitos: de verano. Muy característicos en muchas ocasiones de nuestro ánimo, de nuestros ánimos. Pigmentos para todos los gustos.


Quizá solo sean reflejo de nuestro propio sentir, proyectado hacia el exterior. Están ahí para ser observados, termómetros de un tiempo, de un verano más que discurre estacionalmente a puro brochazo coloreado.

Cielos atronadores, inquietantes, despejados y relampagueantes. Cielos cantados y repudiados, rimados y fraseados. Apuntados y señalados desde la tierra, sobrevolados y superados, místicos y humanos. Suplicantes y agradecidos, expresivos y prometedores. Metafóricos e imaginados.

Amanece en el norte y en el centro. También en el sur y en Levante.

Esos cielos de verano…

(Publicado en El Obrero en agosto de 2021)

martes, 25 de febrero de 2025

A algunos les gusta la poesía

Estilo aparentemente sencillo e ironía para abordar temas profundos; equilibrio entre lo simple y lo complejo: podría ser la síntesis de la poesía de Szymborska, la Premio Nobel de Literatura que hoy asoma a Palabradas.


Wislawa Szymborska - Poesía Premio Nobel
A algunos les gusta la poesía

A algunos,
es decir, no a todos.
Ni siquiera a los más, sino a los menos.
Sin contar las escuelas, donde es obligatoria,
y a los mismos poetas,
serán dos de cada mil personas.
 
Les gusta,
como también les gusta la sopa de fideos,
como les gustan los cumplidos y el color azul,
como les gusta la vieja bufanda,
como les gusta salirse con la suya,
como les gusta acariciar al perro.
 
La poesía,
pero qué es la poesía.
Más de una insegura respuesta
se ha dado a esta pregunta.
y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
como a un oportuno pasamanos.



Reciprocidad

Hay catálogos de catálogos.
Hay poemas sobre poemas.
Hay obras de teatro sobre actores representadas por actores.
Cartas motivadas por cartas.
Palabras que sirven para explicar palabras.
Cerebros ocupados en estudiar cerebros.
Hay tristezas contagiosas al igual que la risa.
Hay papeles que provienen del reciclado de papeles.
Miradas vistas.
Casos declinados por caso.
Grandes ríos con gran participación de otros pequeños.
Bosques hasta sus bordes desbordados de bosque,
Máquinas destinadas a construir máquinas.
Sueños que de repente nos arrancan del sueño.
Salud necesaria para recuperar la salud.
Escaleras tan hacia abajo como hacia arriba.
Gafas para buscar gafas.
Inspiración y espiración de la respiración.
Y ojalá de vez en cuando
odio al odio.
Porque a fin de cuentas
lo que hay es ignorancia de la ignorancia
y manos ocupadas en lavarse las manos.

sábado, 22 de febrero de 2025

Manos de Goya, Dedos de la IA

las manos de la IA
la IA y sus manos de seis dedos



Me mandan fotos de la IA cuando se le piden imágenes de manos y dedos. Y ella, ni corta ni perezosa, aumenta los dígitos, y en lugar de 5 al apéndice manual le atiza uno más.


Inmediatamente pienso en Goya, en el magnífico artista redivivo que se manifiesta en la actualidad y en el Greco, que también  ve cómo le suplantan la forma de pintar manos y dedos: el maño torpe en su trazado según algunos expertos, el toledano de adopción, sensual y femíneo.
Goya detalle última comunión San Jose de Calasanz
Goya - Detalle de
Ultima comunión de S.José de Calasanz
El Greco Pio V
Pío V  -  El Greco

Manos y dedos que dan para no pocas conversaciones eruditas y populares; más allá de las que perfilan las manicuristas, encontramos las gestuales y parlanchinas que palmotean el viento, cual abanico estival. Unidas la falange, la falangina y la falangeta a la palma tenemos una manaza, que no “un manazas”, aquel que a mano abierta te atiza un zasca, o encontramos una manito (allende los mares), que no “un manitas” o saludamos al que se toma el brazo después del apretujón que te la destroza (conviene evitar caireles que adornan dedos). Pero (casi) siempre son 5 dedos los que conforman una mano.

Menos en la IA, que se deja llevar por su euforia y con un toque de hipérbole las hace prolíficas: manos con más dedos, de los habituales. Vaya lío que se haría el de Fuendetodos si tuviera que retratar más apéndices o la que armaría Doménikos para recrear esa extremidad tan difícil encima del pecho.

La IA tiene vida propia, hace lo que le viene en gana, y si cuela, cuela y si no, a otra cosa mariposa.

Aunque bien mirados…lo mismo se trata de un reflejo del foco, del ojo, de la sombra…


martes, 18 de febrero de 2025

De principios y axiomas: esa frase tan...

principios axiomas
conducir perpleja, ocupada y casi preocupada

Estos días invitan a pensar, bueno algunos humanos piensan y otros seres vegetan.
Salir a la calle y cruzarse con desconocidos, usar el metro y compartir vagón, hacer la compra y esperar en la cola de la caja…y la cabeza empieza a rodar y a darle vueltas a esa frase que escuchamos en la tele, por ejemplo, o que leímos en Facebook, o que alguien avispado y ducho en el lenguaje y sus juegos profirió en una conversación pretendidamente amistosa y relajada.
Es lo que tiene la familiaridad entre amigos, que una puede permitirse cierto aire de “impertinentuca” y no estar prevenida para el zasca que en modo bumerán recibe.
Hace muy poco he escuchado una de esas frases que me ha tenido ocupada y casi preocupada durante mis trayectos en coche por la M40 (y mira que llevo la radio encendida, pero al final es un telón de fondo, un runrún musical que me sirve para evadirme).
Aquella frase consiguió apoderarse de mis dendritas: “en la vida hay que tener principios y no axiomas”. ¡¡Toma ya!!
Así, de buenas a primeras, suena bien, como dicen los comunicadores en los medios de información; a mí me resulta lapidaria, casi grandilocuente, de manual de jurisprudencia, pero lo suficientemente atractiva como para concederle al menos los kilómetros que me separan de la universidad a mi destino doméstico.
Definir axioma tiene que ver con rotundidad y tajancia, algo tan “evidente que no requiere demostración”, obvio, diríamos.

Aquella frase consiguió apoderarse de mis dendritas: “en la vida hay que tener principios y no axiomas”.

Estamos rodeados de axiomas, de evidencias y de obviedades parece ser y ahí seguimos peleando por lo diferente, lo singular, lo peculiar…
Y la dichosa frasecita de marras que hoy ocupa estas líneas seguía así, “objetivos y no planes” aseguraba mi interlocutor. Por lo tanto igualaba o casi, principios a objetivos y planes con axiomas.
Seguía mi trayecto –atascado- por carretera con el acumen casi derretido como la sesera quijotesca…
Quizá el sabio que afirmó ese enunciado estaba pensando en que conviene tener las cosas claras acerca de lo que cada uno cree y quiere.
Puestos a hacer cadeneta como en aquellas clases de costura, vamos tirando del hilo y enjaretando palabra tras palabra que no sabemos muy bien hacia dónde nos conducen; tal vez al puro placer de la conversación y diálogo.
Porque a la frase inicial hemos añadido acciones de creer y querer para intentar explicar el sentido primigenio de los vocablos que han provocado este desvarío simulado.
Parece que eso de tener planes, proyectos e ideas no es buena cosa del todo por si pueden derivar en cuentos de lechera; en cambio, desarrollar objetivos supondría realizar y moverse por un fin y un motivo.
Principios y objetivos que guíen el comportamiento presente y futuro pero sin planes fantasiosos y detallados que solo generan frustración, sin maximalismos bajo el pretexto de autenticidad, continuaba el ejecutor de la frase ponzoñosa…
Y sigo perpleja con este exordio que me causa, cuando menos, duda, y ya veremos si no confusión y desencanto.
Todo el preámbulo anterior puede resultar un buen planteamiento, tan válido como otro cualquiera para repensar nuestros objetivos personales, profesionales, afectivos…y nuestros planes individuales o grupales por ejemplo, de crecimiento humano, ideológico…
Y después de marearme con tal vaivén terminológico como si fuera una noria de feria ambulante, sostengo que los planes son, más que lícitos y posibles, defendibles. Ilusionantes: previenen y anticipan…tener un plan además supone un diseño, un trazado, una línea para seguir o no, y si nos sale curva tuerta, ya la enderezaremos.
Cumplir planes va más allá. El tiempo y las circunstancias quizá se encarguen de derribarlos con solo un soplo como si fuera un esforzado castillo de naipes.
Pero el plan, y si además tiene objetivos, es la receta idónea para el quehacer diario.

(Publicado en EL OBRERO en septiembre de 2021)