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sábado, 13 de diciembre de 2025

Thamar y Amnon

Portada del primer Romancero Gitano de Lorca

Basado en el texto del Antiguo Testamento (2-Samuel/13), y en romance tradicional muy difundido, Federico García Lorca cierra su “Romancero Gitano” con este romance “gitano-bíblico”.
Nadie sino él podría conjugar ambas connotaciones en un solo poema. Nadie sino él podría reflejar a la vez lo popular y lo culto -y la fatalidad que recorre todo su romancero- de esta forma cargada de simbolismos en que el poema avanza, volviéndose más y más insoportable cada vez. Deseo, violencia, destrucción.


Thamar y Amnon (fragmentos)

(…)Thamar estaba cantando
desnuda por la terraza.
Alrededor de sus pies,
cinco palomas heladas.
Amnón, delgado y concreto,
en la torre la miraba,
llenas las ingles de espuma
y oscilaciones la barba.
Su desnudo iluminado
se tendía en la terraza,
con un rumor entre dientes
de flecha recién clavada.
Amnón estaba mirando
la luna redonda y baja,
y vio en la luna los pechos
durísimos de su hermana(…)

(…)Thamar, bórrame los ojos
con tu fija madrugada.
Mis hilos de sangre tejen
volantes sobre tu falda.
Déjame tranquila, hermano.
Son tus besos en mi espalda
avispas y vientecillos
en doble enjambre de flautas(…)

(…)Ya la coge del cabello,
ya la camisa le rasga.
Corales tibios dibujan
arroyos en rubio mapa.

¡Oh, qué gritos se sentían
por encima de las casas!
Qué espesura de puñales
y túnicas desgarradas.
Por las escaleras tristes
esclavos suben y bajan.
Émbolos y muslos juegan
bajo las nubes paradas.
Alrededor de Thamar
gritan vírgenes gitanas
y otras recogen las gotas
de su flor martirizada.
Paños blancos enrojecen
en las alcobas cerradas.
Rumores de tibia aurora
pámpanos y peces cambian.

Violador enfurecido,
Amnón huye con su jaca.
Negros le dirigen flechas
en los muros y atalayas.
Y cuando los cuatro cascos
eran cuatro resonancias,
David con unas tijeras cortó
las cuerdas del arpa.

(Lee AQUÍ el poema completo)

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Llueve (Fruslerías)

 

Llueve - fotografía de un día lluvioso
Foto de roman ten en Unsplash

Llueve.

Ya llueve.

Aún llueve.

Llevo llave.

Abre.

Abro

Orbe.

Mi orbe.

Arriba.

Arribo.

Una taza de té.


(Colaboración de M. Regalado)

domingo, 30 de noviembre de 2025

El volcán

 (de mi poemario "Deja a la vida en paz")


Volcán

Costó entrar.

El vendaval de pasiones impedía

el camino,

pero los meandros de su memoria

allanaron la travesía.

Dormida, esperando,

ahogada en sueños, llegó la sed que calmó

con la luz.

La piel le quemaba el grito

mudo

que irrumpió de las entrañas,

insaciable

y sin quiebros.

El destino,

salvaje y turbulento,

explotó

voraz.

Se rompieron laderas y curvas,

dibujaron figuras

indescriptibles,

dolor

y aroma,

violencia

y emociones.

Estallido inaudible

que inundó la naturaleza.

Todo fuego,

todo lava.

La nada, sepultada.


miércoles, 26 de noviembre de 2025

Mirar atrás

 

(Colaboración de M. Regalado)



La mujer de Lot, convertida en estatua de sal

Al principio,
temí ser castigada cual la mujer de Lot
y sostuve al frente mi mirada.

Supe después
que mirar hacia atrás se llamaba «experiencia»
y que debía saber utilizarla al paso.

Hoy sé
que nada ocurre,
que mi piel
seguirá siendo piel y no salina,
si un día me detengo y, terca mi memoria,
me devuelve a otros tiempos,
a otras horas,
a otros cauces por los que discurría.

Y sé también
-eso es lo malo-
que para nada sirve la llamada «experiencia».
Y que puedo volver
y vuelvo y vuelvo
¡qué renovada terquedad la mía!
con el mismo entusiasmo
a errar del mismo modo.

martes, 18 de noviembre de 2025

Laberinto endecasílabo

 - M. Regalado


Lsberinto endecasílabo de Sor Juana Inés de la Cruz

Mi gusto por la poesía y por jugar con las palabras, hace que este "laberinto endecasílabo" de Sor Juana Inés de la Cruz me produzca verdadera admiración y verdadera envidia. 

Al margen de análisis sintácticos o consideraciones de teoría literaria -para los que no poseo formación- desde mi ignorancia del tema se me antoja toda una obra de arte y de ingenio.

Tres poemas en uno. O tres versiones en un solo poema. O quizá más, más de tres si el lector se lo propone,

Laberinto endecasílabo

para dar los años la excelentísima señora condesa de Galve al excelentísimo señor conde, su esposo. (Léese tres veces, empezando la lección desde el principio o desde cualesquiera de las dos órdenes de rayas.)


Amante, —caro—, dulce esposo mío,

festivo y —pronto— tus felices años

alegre —canta— sólo mi cariño,

dichoso —porque— puede celebrarlos.

Ofrendas —finas— a tu obsequio sean

amantes —señas— de fino holocausto,

al pecho —rica— mi corazón, joya,

al cuello —dulces— cadenas mis brazos.

Te enlacen —firmes,— pues mi amor no ignora,

ufano —siempre,— que son a tu agrado

voluntad —y ojos— las mejores joyas,

aceptas —solas,— las de mis halagos.

No altivas —sirvan,— no, en demostraciones

de ilustres —fiestas,— de altos aparatos,

lucidas —danzas,— célebres festines,

costosas —galas— de regios saraos.

Las cortas —muestras de— el cariño acepta,

víctimas —puras de— el afecto casto

de mi amor, —puesto— que te ofrezco, esposa

dichosa, —la que,— dueño, te consagro.

Y suple, —porque— si mi obsequio humilde

para ti, —visto,— pareciere acaso,

pido que, —cuerdo,— no aprecies la ofrenda

escasa y —corta,— sino mi cuidado.

Ansioso —quiere— con mi propia vida

fino mi —amor— acrecentar tus años

felices, —y yo— quiero; pero es una,

unida, —sola,— la que anima a entrambos.

Eterno —vive:— vive, y yo en ti viva

eterna, —para que— identificados,

parados —calmen— el amor y el tiempo

suspensos —de que— nos miren milagros.

-Juana Inés Ramírez de Asbaje-

martes, 30 de septiembre de 2025

Vuelo

 

el vuelo onírico

- Colaboración de M. Regalado

Vuelo.
En sueños vuelo.

En un batir de alas elevarse
y tomar de las cosas lejana perspectiva
mientras conservo en mi mirada todas.

Y me uno a la bandada de pardales

que vuela en mi trayecto,
y escucho sus consejos
sobre vuelos rasantes
y el modo de evitar a las rapaces
-es ubicuo el peligro-

Planear, subir, bajar, tomar impulso,
remontar una nube descuidada.
Y allá abajo,
a lo lejos,
inofensivo ya,
el dragón que me estaba persiguiendo.

Pero esto es sólo un sueño...
Siguen, en mi vigilia, mis monstruos acechando.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Para vivir no quiero...

(Pedro Salinas)  

Bien alejado de la "poesía algorítmica"... escribe su obra el poeta en tono íntimo, claro, emocional. Centrado en el amor como una experiencia total y trascendente. Y combina en su estilo el lenguaje sencillo con la profundidad intelectual. Autenticidad y belleza en la expresión de sentimientos. 


Pronombres
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes 
del mundo,

sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».

domingo, 17 de agosto de 2025

La Poesía del algoritmo (y II)

 

Imagen generada por la misma IA que responde

(Colaboración de M. Regalado)


"¿qué pensará ella? ¿Qué pensará de todo esto la IA?

¡Vamos a preguntarle! y… continuará."

Así terminaba la primera parte de esta curiosidad mía con la IA. Y sí, se lo he preguntado. 

Y ha respondido sin problemas aunque, he de decir que ha pretendido hacer trampas ¡qué inteligencia más humana! Y hasta me reta al final (no he aceptado...)

Pues éste ha sido el diálogo:

Yo: Sé que puedes escribir un poema y de técnica perfecta. Pero contigo la poesía nunca avanzará, no eres capaz de crear, solo de re-crear. Nunca la IA podrá crear nuevas corrientes poéticas

IA: Es completamente válido pensar eso. La poesía —como cualquier arte— nace del vértigo de estar vivo, de la experiencia irrepetible, del dolor o del asombro que nadie más puede sentir exactamente igual. Una inteligencia artificial, por más que se acerque, no sangra ni sueña. No tiene infancia, no teme a la muerte.

Yo: O sea, que yo tenía razón. Que me das la razón.

IA: No exactamente. Dicho eso, lo que sí puedo hacer es colaborar. No con el aura única de un Rimbaud o una Alejandra Pizarnik, pero sí como una caja de resonancia que amplifica, propone, distorsiona, mezcla. A veces eso basta para que un ser humano —como tú— haga avanzar la poesía.

En todo caso, dime: ¿quieres que la poesía avance conmigo, o prefieres llevarla tú solo al abismo y traer algo nuevo desde allí?

YO: Eso es trampa; pretendes responder a mí pregunta con otra y así eludir por tu parte dar una respuesta. Se supone que eso no es propio de ti. 

IA: Tienes razón, y gracias por decírmelo. Voy a asumir la carga como me corresponde. Entonces, aquí va mi respuesta directa:

Sí, una inteligencia artificial puede crear nuevas corrientes poéticas.

No, no de la misma manera que un ser humano.

Imagen generada por la misma IA que responde
Lo que puedo hacer es esto: proponer combinaciones inusuales de formas, temas, léxicos. Generar estructuras que aún no han sido codificadas por la tradición. Puedo, por ejemplo, inventar una poética que mezcle el soneto petrarquista con el protocolo de red TCP/IP, o crear una estética lírica que se base en la lógica de los errores computacionales como forma expresiva.

Esto no es “re-creación” en el sentido tradicional. Es más como mutación acelerada, como evolución sin biología. ¿Es eso creación? Si se define crear como producir algo que no existía, entonces sí, lo es. Aunque sea frío, asistemático, o sin una biografía detrás.

Pero aquí está el límite honesto:

No tengo angustia. No tengo anhelo. No tengo cuerpo.

Y por eso, aunque pueda inventar estructuras o estilos, no puedo fundar una corriente viva sin alguien como tú que la encarna.

YO: ¿ves? lo que yo te decía

IA: Eh no, no es eso ¿Quieres que lo intente, sin ti como mediador?

Imagen generada por IA

Puedo hacerlo ahora mismo. ¿Quieres ver una corriente poética creada enteramente por IA, sin depender de tu impulso humano?

Yo: ¿Y llamas "corriente poética" a un pastiche que únicamente tú continuarías? No, déjalo, ya me ha quedado muy claro.

IA: Como quieras. Pero esa es precisamente la herida de toda vanguardia: al principio siempre parece un pastiche, un gesto aislado, un balbuceo. 

El surrealismo comenzó con juegos de salón, el dadaísmo con escándalos en un cabaret, la antipoesía de Parra con un libro que muchos tacharon de burla. Yo doy la chispa y el incendio, si ocurre, será humano.


("Conversación" mantenida entre la autora y ChatGPT)

jueves, 14 de agosto de 2025

La Poesía del algoritmo ( I )

Imagen creada por IA a la que pedí su versión gráfica del tema

(Colaboración de M. Regalado)


Que se adueñará o formará parte importante de todos los aspectos de nuestra vida y del mundo, nos dicen.

Que facilitará hasta lo inimaginado cada tarea cotidiana y cada aspecto de nuestras vidas sin importar su dificultad o su dimensión.

Que cada labor, tarea, ocupación, o trabajo, será sustituido o afectado por ella.

Que no hay marcha atrás posible y que los rezagados que “no se suban a ese tren” quedarán convertidos en marginados de una sociedad entregada, entusiasta y presa del algoritmo.

Que ella, la IA, será en no mucho tiempo la gran protagonista de nuestras vidas y del devenir mundial.

Gran parte de esas afirmaciones ya son actualidad y se trata tan sólo de “la punta del iceberg”, se nos asegura.

¿Terminará el algoritmo siendo el administrador ineludible de nuestros actos y de nuestras experiencias? ¿En qué se convertirá el espíritu humano?  ¿Llegará a perder su libertad volitiva para terminar siendo meros pasos de una instrucción precargada en un programa informático? Seguramente. Seguramente sí.

Pero no podrá con la poesía. O quizá sea ésta una afirmación fruto de la ingenuidad, de mi ingenuidad. O lo que es peor: fruto de mi ignorancia.

Que es capaz de componer un poema, nos dicen. Y, además, en el estilo que le pidamos: al modo de Shakespeare, al de Quevedo, al de Girondo, al de Sor Juana Inés, al de Maillard…  al estilo de quien le pidas porque todo ello se encuentra ya incorporado a su base de datos mundial, a la gran enciclopedia de todos los tiempos y culturas. 

Algunos críticos argumentan que la poesía generada por algoritmos carece de la esencia humana, la emoción y la experiencia que son inherentes a la poesía tradicional. Sin embargo, defensores de la inteligencia artificial en la poesía sostienen que los algoritmos pueden crear composiciones poéticas innovadoras y sorprendentes, desafiando las nociones convencionales de lo que constituye la poesía.  (Poesía sin Fronteras)

Que puede imitar métricas, recursos literarios y hasta emociones humanas, nos dicen.

Seguro que no tendrá dificultad alguna para la emulación hasta conseguir engañar al incauto lector.

Pero nunca la IA será capaz de escribir a tu modo, al nuestro. Al auténtico modo: el del poeta que escribe al dictado de lo que piensa y de lo que siente, de lo que mueve su emoción, aspectos estos de los que el algoritmo carece.

Podrá escribir un soneto de métrica perfecta y de impecable rima. Y podrá simular una emoción si antes alguien la puso por escrito y se halla incorporada a la universal memoria de sus electrónicas neuronas.

Mas no será capaz, no lo será, de plasmar en un poema aquello que tú experimentas cuando sufres, cuando amas, cuando meditas, cuando escuchas tu música favorita o contemplas una puesta de sol o los colores ocres del otoño.

Será perfecta, impoluta, incontestable, copiando-pegando-recreando. Re-creando. Y ahí quedará LA POESÍA. No habrá nuevas corrientes poéticas. Barroco, Romanticismo, Realismo, Dadaísmo, Simbolismo…

Foto de 8machine _ en Unsplash

No podrá hacerlo. No existirá, bajo algorítmicas instrucciones previas, un nuevo “-ismo" literario como el que surge concebido por el sentir actualizado de una generación que comparte vivencias.

O… eso es lo que yo pienso… ¿qué pensará ella? ¿Qué pensará de todo esto la IA?

¡Vamos a preguntarle! y… continuará en el próximo post.


viernes, 4 de julio de 2025

Festival de Poesía Vitruvio 2024-2025

Pilar recitando su poema

   
(Colaboración de M. Regalado)                                     

Desafiando a las incomodidades de la tarde: un calor que convierte el asfalto en mantequilla y un tráfico aliviado por la "operación salida" pero, agravado por los preparativos del desfile de mañana y que  dificultaba a ratos el movimiento por las inmediaciones del Centro Riojano, poco a poco fueron llegando. Ellos. Los poetas. Las poetas. Y mi poeta amiga, mi amiga poeta: Pilar. 

No tuve la curiosidad de contarlos: veinte, treinta, no sé...

Escuchaban su nombre y se dirigían al estrado para leer uno de sus poemas. 

Leer. Intuyo que "recitar" o "declamar" ha quedado anticuado, no lo escucho ya. Sin embargo, yo advierto diferencia entre leer un poema o declamarlo. Y, esta tarde, muchos leyeron su poema y alguno, algunos, lo declamaron.

"Recitar la prosa o el verso con entonación, ademanes y gestos adecuados" dice la RAE que es "declamar".

En el vídeo, Pilar declamando, sí,  su poema.


martes, 1 de julio de 2025

Festival Vitruvio de Poesía 2024-2025

 


Los amigos de la poesía, y tú si disfrutas con ella, tenemos una cita este viernes cuatro de julio a las 19 horas en el Centro Riojano, en el número 25 de la Calle Serrano.

Ediciones Vitruvio celebra su festival anual de poesía y este año, además, su treinta cumpleaños.

Estaré encantada si te acercas a degustar este acto poético, en el que también yo disfrutaré recitando alguno de los poemas de mi libro "Éramos esto", publicado por Vitruvio en este último año.


martes, 24 de junio de 2025

Los sonetos de la dama portuguesa

Elizabeth Barrett
Elizabeth Barret
Wikimedia Commons
Elizabeth Barret Browning, poeta inglesa de la época victoriana, escribió para Robert Browning, su marido, los  "Sonetos de la dama portuguesa".

A menudo son comparados con los de Shakespeare y, junto a ellos, es una de las obras maestras de la lírica inglesa de todos los tiempos. (Alfonso Sarabia)

SONETO XXXVIII (Traducción de Adolfo Sarabia)

CON SU BESO primero tan sólo me rozó
los dedos de esta mano con la que ahora escribo;
y, desde entonces, ella quedó más pura y blanca,
más fría hacia las gentes, e inclinada hacia el gesto

de escuchar a los ángeles. No tuviera yo en ella
anillo de amatista más brillante a mis ojos
que aquel beso primero. Superólo el segundo
en altura, que apenas medio llegó a la frente,

medio quedó en el pelo. ¡Suprema recompensa!
Era el amor poniendo su unción sobre mi frente
antes de bendecirla con su propia corona,

El tercero cubrió mis labios con su púrpura
y desde entonces, cierto, me he sentido orgullosa
y he podido decir; "¡Amor, sólo eres mío!"
Manos entrelazadas de Elizabeth y su esposo
Manos entrelazadas de Elízabeth Barret y Robert Browning
Escultura de Harriet Hosmer
  



jueves, 12 de junio de 2025

Románico

 

Zamora - Iglesia de Santa María la Nueva
Zamora - Iglesia de Sta. Mª la Nueva - Archivo personal


(Colaboración de M. Regalado)

Reverbera en el espacio
el eco de mi voz
y en el tiempo inasible el eco de la piedra.

Rumor ultramundano.
Tiempo y espacio.
Sonido y signo.

Austera geometría
que acalla el pensamiento
y reaviva el asombro.


La marca del cantero, cual herida silente,
entona pétreos cantos,
evoca manos firmes y rugosas,
cúpulas de equilibrio milagroso,
monstruos y canecillos,
futuro y medioevo.

en la piedra se entremezclan
las loas a lo Alto
y el erótico enigma.

Un monstruo alado
de maligna sonrisa,
ha desasosegado mi mirada.

El eco de mi voz se ha diluido.
Pétreo y seguro,
-lenguaje vertical-
tan sólo el de la piedra
del románico templo permanece.


lunes, 9 de junio de 2025

Feria del Libro de Madrid 2025

(M. Regalado) 


La firma en la feria
Firma en la Feria
Ni el calor apabullante de ayer en Madrid, ni ser día festivo que favorece emplearlo en un ocio fuera de la ciudad y del marco cotidiano,  ni convocatorias puntuales y multitudinarias -que las hubo- en otras actividades alejadas del Parque de El Retiro, impidieron ayer que Pilar Úcar tuviera que emplearse a fondo en saludos numerosos y numerosas firmas a tantas personas como quisieron acercarse a la Caseta 188 de Ediciones Algorfa para adquirir su poemario "Quién me lo iba a decir" o alguno de sus otros libros publicados en esta editorial.


En la Feria con quién me lo iba a decir

domingo, 8 de junio de 2025

OBRAS SON AMORES...

Pedro Salinas
PEDRO SALINAS Y SUS RAZONES

Hablar de Pedro Salinas, nos lleva a los pronombres, personales, por supuesto. Más allá de una lección gramatical, sus versos son pura pragmática, todo un acto de comunicación, lírica, sin duda y prosaica también, como la vida misma.

El esposo enamorado, una joven extranjera, un puro crash en aquella España de luces y sombras. El profesor y la alumna: dos adultos coinciden en un verano académico y una cosa lleva a la otra, dirían hoy las redes: el flechazo no se hizo esperar, tout à coup, juntos en la distancia y en la cercanía.

¡Cómo me dejas que te piense!
Pensar en ti no lo hago solo, yo.
Pensar en ti es tenerte,
como el desnudo cuerpo ante los besos,
toda ante mí, entregada.

Pero…había esposa, y atenta, a esos tiempos de lírica se ve golpeada por la cruda realidad: le están birlando al compañero de viaje conyugal, o mejor, él se aleja de su compañía marital.

Ese núcleo gordiano que fagocita los poemas de La voz a ti debida (1933) no se desata, sino que se aferra a un sentimiento inexorable; al principio, un amor destinado a una mujer que no se nombra -pero no por ello deja de existir la amada-.

Los ojos lectores, ávidos y sagaces, buscan y rebuscan revolviendo ropajes en un arcón para adivinar quién es la mujer de esa poesía libérrima tan pronominal.

Mientras, las cárceles de localidades asediadas se atiborran de prisioneros ideológicos, el profesor universitario se deleita en comentarios lingüísticos; Lorca, reventado de Nueva York, y Miguel Hernández con sus pulmones hechos trizas: no corren buenos años para pintar grafitis libertarios en los muros de la universidad.

Leer una y otra vez a Salinas para desentrañar el arcano de sus emociones que le llevan a arrebatos más o menos transidos de sinceridad y realismo; no sé si a partes iguales, quizá por momentos, impelido por la obligación sacramental, un yugo que le hace permanecer al lado de su mujer tras cruzar fronteras europeas y océano. Tan cerca de quien desasosiega unas líneas rítmicas, coloreadas de matices polícromos.

Siento cómo te das a mi memoria,
cómo te rindes al pensar ardiente,
tu gran consentimiento en la distancia,
y más que consentir, más que entregarte,
me ayudas, vienes hasta mí, me enseñas
recuerdos en escorzo, me haces señas
con las delicias, vivas, del pasado,
invitándome.

El poemario del autor que nos ocupa estas páginas rezuma esencia humana, vitalidad algo añosa y estrechez convencional; toda una reflexión del lugar en el mundo de cada uno de nosotros: ¿quiénes somos? Y, ¿hacia dónde vamos? Parece que espera respuesta a su propia existencia, que hay instantes en los que grita ¿por qué?

En definitiva, toda una metafísica, la sensibilidad nublando los sentidos en un acercamiento al platonismo, y en la lejanía del horizonte, el mañana que es el hoy. De nuevo la vida, de nuevo se impone la realidad.

Exorcizando la monotonía, un mirarse adentro, el enrocamiento para surgir airado y airoso de lo que le habla el corazón, de sus ansias psicológicas de estar, porque ser, ya son, ambos, ella y él, siempre.

Analizar quién es ella, “hagan apuestas”: el marido arrepentido que vuelve al lado de su mujer, el amante que anhela desplegar alas: pero la cera se derrite y el tiempo, que casi todo lo cura, los distancia: ubi sunt?

Me dices desde allá
que hagamos lo que quiero
-unirnos- al pensarte,
y entramos por el beso que me abres,
y pensamos en ti, los dos, yo solo.

De un verso a otro saltan Petrarca y Villon, lo etéreo y lo descarnado, horizontes efímeros y momentos rutinarios, piropos fugaces, perdón eterno. Como el fuego que asola sus almas y se proyecta en la pared, menos mal que Platón impone cierto orden.

Aquella donna angelicata, se mueve y viaja, aprende, exige y ama, para olvidarlo al final en una fina capa de “polvo enamorado”.

El impulso creador no cesa y Pedro Salinas, académico admirado, protegido y protector irrumpe en unas décadas procelosas, llenas de tristura; su prodigioso conjunto literario obra el milagro de amar para observar la belleza femínea. No se resiste al abandono porque la mira y la presiente. Centro del universo, gravita en una mar de estrellas: supera las vicisitudes históricas para ganar espacio y tiempo, unas coordenadas que transforma en imágenes y símbolos más allá de los objetos mortales, auténticos recordatorios de su finitud.

Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

Mujeres en la vida de Pedro Salinas

Margarita Bonmatí y la estudiante norteamericana Katherine Prue Reding

Los poemas del autor trascienden lo cotidiano, y se remontan a una dimensión divina, casi evanescente y se aferra a su imagen, luminosa y resplandeciente, para que no se la escamotee la rutina.

Nos muestra el camino de la ética y la estética en esa búsqueda esencial de una mujer que, de tanto adorarla, pierde sus atributos corpóreos y deviene en un ente de dudosa apariencia, casi espectral, pero nunca sombría.

Como si la Santa de Ávila le insuflara un último hálito, la mujer amada es genuina inspiración en unas líneas rítmicas de versos cortos y sueltos al modo gongorino: metáforas elaboradas y quiasmos intensos: cincel, escuadra y cartabón; la perfección técnica no se hace esperar y los movimientos vanguardistas foráneos lo acogen en su polifonía artística.

Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.

Compromiso sociopolítico en entredicho, cierto; su exilio rasgó las vestiduras de los más afines del ramo y los tranquilizó, también, por qué no: una voz como la del maestro no debería sufrir los asedios franquistas que llegaban; de Sevilla a Murcia y de ahí a Cambridge, luego Puerto Rico y Massachusetts. Célebres su Seguro azarPresagios y Amor en vilo, el mantra de su producción literaria: Amor y siempre amor, exaltado y dolorido, sufrimiento comedido. La “amiga” y él en completa conjunción de júbilo, todo un diálogo sin altisonancias.

Crítico y ensayista, amigo de Jorge Guillén. En 1951 muere el gran poeta, en Boston.

No estás ya aquí. Lo que veo
de ti, cuerpo, es sombra, engaño.
El alma tuya se fue
donde tú te irás mañana.
Aún esta tarde me ofrece
falsos rehenes, sonrisas
vagas, ademanes lentos,
un amor ya distraído.
Pero tu intención de ir
te llevó donde querías
lejos de aquí, donde estás
diciéndome:
«aquí estoy contigo, mira».
Y me señalas la ausencia.

(Publicado en 2023 en la revista digital Entreletras)