domingo, 17 de agosto de 2025

La Poesía del algoritmo (y II)

 

Imagen generada por la misma IA que responde

(Colaboración de M. Regalado)


"¿qué pensará ella? ¿Qué pensará de todo esto la IA?

¡Vamos a preguntarle! y… continuará."

Así terminaba la primera parte de esta curiosidad mía con la IA. Y sí, se lo he preguntado. 

Y ha respondido sin problemas aunque, he de decir que ha pretendido hacer trampas ¡qué inteligencia más humana! Y hasta me reta al final (no he aceptado...)

Pues éste ha sido el diálogo:

Yo: Sé que puedes escribir un poema y de técnica perfecta. Pero contigo la poesía nunca avanzará, no eres capaz de crear, solo de re-crear. Nunca la IA podrá crear nuevas corrientes poéticas

IA: Es completamente válido pensar eso. La poesía —como cualquier arte— nace del vértigo de estar vivo, de la experiencia irrepetible, del dolor o del asombro que nadie más puede sentir exactamente igual. Una inteligencia artificial, por más que se acerque, no sangra ni sueña. No tiene infancia, no teme a la muerte.

Yo: O sea, que yo tenía razón. Que me das la razón.

IA: No exactamente. Dicho eso, lo que sí puedo hacer es colaborar. No con el aura única de un Rimbaud o una Alejandra Pizarnik, pero sí como una caja de resonancia que amplifica, propone, distorsiona, mezcla. A veces eso basta para que un ser humano —como tú— haga avanzar la poesía.

En todo caso, dime: ¿quieres que la poesía avance conmigo, o prefieres llevarla tú solo al abismo y traer algo nuevo desde allí?

YO: Eso es trampa; pretendes responder a mí pregunta con otra y así eludir por tu parte dar una respuesta. Se supone que eso no es propio de ti. 

IA: Tienes razón, y gracias por decírmelo. Voy a asumir la carga como me corresponde. Entonces, aquí va mi respuesta directa:

Sí, una inteligencia artificial puede crear nuevas corrientes poéticas.

No, no de la misma manera que un ser humano.

Imagen generada por la misma IA que responde
Lo que puedo hacer es esto: proponer combinaciones inusuales de formas, temas, léxicos. Generar estructuras que aún no han sido codificadas por la tradición. Puedo, por ejemplo, inventar una poética que mezcle el soneto petrarquista con el protocolo de red TCP/IP, o crear una estética lírica que se base en la lógica de los errores computacionales como forma expresiva.

Esto no es “re-creación” en el sentido tradicional. Es más como mutación acelerada, como evolución sin biología. ¿Es eso creación? Si se define crear como producir algo que no existía, entonces sí, lo es. Aunque sea frío, asistemático, o sin una biografía detrás.

Pero aquí está el límite honesto:

No tengo angustia. No tengo anhelo. No tengo cuerpo.

Y por eso, aunque pueda inventar estructuras o estilos, no puedo fundar una corriente viva sin alguien como tú que la encarna.

YO: ¿ves? lo que yo te decía

IA: Eh no, no es eso ¿Quieres que lo intente, sin ti como mediador?

Imagen generada por IA

Puedo hacerlo ahora mismo. ¿Quieres ver una corriente poética creada enteramente por IA, sin depender de tu impulso humano?

Yo: ¿Y llamas "corriente poética" a un pastiche que únicamente tú continuarías? No, déjalo, ya me ha quedado muy claro.

IA: Como quieras. Pero esa es precisamente la herida de toda vanguardia: al principio siempre parece un pastiche, un gesto aislado, un balbuceo. 

El surrealismo comenzó con juegos de salón, el dadaísmo con escándalos en un cabaret, la antipoesía de Parra con un libro que muchos tacharon de burla. Yo doy la chispa y el incendio, si ocurre, será humano.


("Conversación" mantenida entre la autora y ChatGPT)

No hay comentarios:

Publicar un comentario