(De mi poemario "Quién me lo iba a decir")
La interrogación
busca el acento,
diferenciar la importancia ajena
de la identidad personal.
¿Ser? ¿Existir? ¿Buscar?
Y hallar un movimiento
de lo accesorio a lo esencial,
para impulsar
la compasión y aliviar
el dolor.
No hay remedio
en la compañía, sin amor
más allá de la constancia.
Trascender del control
para el equilibrio
y la confianza.
Dejando ir,
dejando.
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