...libro convulso y necesario
Porque eso es lo que provoca la lectura del libro que ha publicado Nevenka Fernández.
Revuelve
las tripas, agita el estómago y colapsa la mente. A mí me acuden imágenes de
hace muchos años en la televisión: una mujer joven rodeada de mucha gente que
gritaba enfurecida contra ella; con los ojos perdidos recorría algún espacio,
no sé si la plaza de su pueblo, la sala del juicio… todo lo tengo tan borroso,
que en menos de 24 horas he acabado 286 páginas de una confesión personal y
perturbadora de una mujer a la que juzgó esa España de hace 20 años o más.
¿Y
dónde está el verdugo? De rositas. ¿Y Nevenka? Vaya nombre… como para perder su
pista, de los que no necesitan apellido, como se dice en el libro, necesario en
nuestros colegios, en las escuelas.
Con
la que hay montada en nuestro país, le van a venir críticas por todos los lados
y con el ascenso de una ultraderecha irracional y carpetovetónica, más.
Ponerse
en sus zapatos resulta muy difícil, pero acompañarla en el calvario y bajada al
averno íntimo, sí podemos. Leer para escucharla, leerla para saber.
No
sé si es un libro de ayuda o de autoayuda, de luz (algo que repite mucho) o de
sombras.
Solo
diré que la verdad, en este caso, no está sobrevalorada: se ha quedado corta,
muy corta.
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