jueves, 21 de agosto de 2025

Que doscientos cincuenta años no son nada…

Imagen generada con IA

Se cumple la efeméride del nacimiento de Jane Austen. En diciembre, de este año hará 250. La novelista británica que vivió en la época georgiana es motivo de múltiples homenajes en periódicos, exposiciones, reediciones y traducciones.

Todo vale: ser mujer, escribir entre hombres, ídolo de feministas, enhebrar temáticas costumbristas sazonadas con cierta dosis de humor (a la inglesa, diría yo) …

Titulares, congresos, artículos literarios y divulgativos, ponencias y jornadas, itinerarios turísticos, visitas y mucho más.

Encuentro entre la literatura articularia a alguna escritora, osada, parece ser, que asegura no haber acabado nunca ningún libro de Jane. Me atrevo a más: nunca he leído ni una letra de Austen. Y duermo muy tranquila. No siento ni filia ni fobia por ella, por supuesto.

Mi exalumna y, ahora, amiga, María Ramos Salgado, quizá se sorprenda al leer estas líneas: es una gran traductora, y así lo demuestra en La abadía de Northanger, libro que adorna estética e intelectualmente mi despacho universitario.

Imagen generada con IA
Quizá me anime en algún momento a leer a Jane Austen; hoy por hoy no entra entre mis preferencias; sí la he visto filmada en muchas películas y versiones y cuentan con mi agrado, pero hasta ahí.

Me dicen que compone todo un cuadro costumbrista de la época, de la suya, claro, que constituye modelo de mujer y profesional en un ambiente hostil y adverso para el triunfo de una fémina talentosa, que describe, critica, informa, emociona y conmueve…

He leído que va de cursi y de innovadora, de pacata y lenguaraz, de contenida y provocadora: un amplio espectro de extremos sospechosos de gustos personales: cada uno opina según le va en la feria.

Vaya este breve recordatorio para acercarnos, acercarme, a la producción de Jane Austen.

No prometo nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario