una lectura de verano y de siempre
Madame Michka Seld es la protagonista del libro de Delphine de Vigan (1966-), escritora y guionista francesa. Una anciana que va teniendo problemas de memoria, de pronunciación y de movilidad reside en una institución para personas con ciertas incapacidades físicas y mentales. Ahí conocemos a una joven embarazada, Marie, y al logopeda, Jérôme, auténticos pilares anímicos de su estancia en una residencia comandada por una plantilla de empleados casi autómatas, sin sentimientos ni empatía hacia los residentes.
El triángulo de personajes
esconde ciertos secretos que la escritora nos descubre a través de
conversaciones, silencios, cartas ocultas: un pasado envuelto en peligros y
amenazas nazis, el reencuentro de viejos familiares, la distancia entre un
padre y su hijo, el abandono afectivo de una pareja…
Los argumentos, sencillos en apariencia y de fácil lectura, abren poros y heridas, no muy lejanos, personales e íntimos: a flor de piel, casi descarnados, pero con una ternura afable, una cordialidad de amigos, sin acritud; todo con el realismo y la gratitud que da vivir mucho tiempo y no desaparecer en soledad.
A lo largo de las casi 200 páginas, el lector descansa, recuerda, lamenta y sonríe; se inquieta y disfruta. Hay un deseo continuado de seguir compartiendo con Michka sus días, sus horas, sus minutos…
Un placer veraniego para todas las estaciones (climáticas y vitales).
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