miércoles, 28 de mayo de 2025

Generación “milenial”, generación Y, generación de cara de besugo

Millenials

Más allá de toda la literatura que inunda internet sobre esta generación, mi opinión de hoy no pretende ser un escupitajo dominical sino una descripción de cómo vivo yo, boomer irredenta, la existencia de los “ojos de besugo” cual emoticono en la red.

No hay acuerdo ni en cómo escribir el término que engloba a quienes tienen en la actualidad una edad entre los 32 y los 42 (año arriba, año abajo): que si con doble ele, que si con doble ene, que si son los Y, los que siguen a la X o preceden a los Z.

Por más letras que pongamos, los “milenial” estorban, sí, sin paliativos, están a medio hacer, les falta un punto (por ser generosa) de cocción, un último hervor: han reducido su interacción social y lingüística a la mínima expresión.

Por partes. Y siempre desde mi punto de vista personal, testado una y otra vez, uno y otro día en uno o en otro sitio, diré que poseen nula capacidad de reacción: siempre están en medio de todo y de todos: quietos, sin moverse, esperando que alguien les dé la indicación de que se aparten: que quiero introducir el tique del aparcamiento en el cajero y tú estás delante, “pasmao”; que su carrito de la compra interfiere mi acceso a la rampa mecánica para llegar a mi coche… se les pide perdón, se giran, y la misma cara de lerdez supina de siempre; que los cochecitos eléctricos en que pasean por el centro comercial a su prole, te rompen el tobillo, ¡ay!, es que no me he dado cuenta, que su niña se tira al suelo haciendo la croqueta y berreando como cerdo en la matanza…dejémosla que exprese su interior exaltado. Vaya amasijo de “destalentaos”.

MillenialEstán y parecen ser un musgo. Como tiene que haber de todo, ahí van los “milenials” que pueblan un universo en el que está prohibida la palabra NO, por ejemplo, que lo mismo se trauman sus vástagos, pobrecitos…; nunca amplían el foco más allá de su ombligo, porque alguien, tan “milenial” e “iluminao” como ellos, les ha dicho que trabajen la improvisación, las energías, la conexión mente-cuerpo, el “jipismo trasnochao” y que den rienda suelta a las emociones…claro, que estos dictados les explotan en la cara de “acarajotaos” que lucen porque no han cultivado la decisión, la resolución de conflictos y la empatía en tantas situaciones vitales. El día que tocaba la lección del ser humano es un ser social, se la perdieron o estaban a por uvas.

Se mantienen en una parálisis física y conductual que bloquea al resto que les rodeamos.

Me estoy dando cuenta de incumplir mi promesa inicial, y sí, me está saliendo de las tripas un escupitajo contra ellos.

Por hoy, basta; solo me gustaría añadir la pena que siento por los profesores que les toca enseñar a esta patulea de hijos de “milenials” durante la educación académica que les imparten, porque de la otra, de la educación emocional y social…ni atisbo.

Seguiré, seguro…

No hay comentarios:

Publicar un comentario