Lorena, amiga mía, y mi librera favorita, me recomendó Como bestias de Violaine Bérot, una novela…traducida por Pablo Martín Sánchez.
He
dejado los puntos suspensivos porque no sé qué calificativo escoger para hablar
de este libro de 138 páginas. Se trata de una historia magnífica, sorprendente,
original, de contenido azaroso, de argumentos brutales, de personajes
primitivos, de personas rudas y sensibles, de verdad y engaño. De realidad
lacerante y salvaje, de episodios de naturaleza asilvestrada, de parajes
huraños y caminos serpenteantes…estar en esos lugares con las hadas que cantan
sueños y que protegen a nonatos, que cuidan de almas en peligro, acompañarlas
en su refugio mientras salmodian y avisan.
Coros
de tragedia, voces de luz y gritos mudos.
Una
novela de amor y venganza, un relato de injusticia y dolor.
Su
lectura estremece y atrapa; se necesita descansar de tantas piruetas del
grandullón y de la niña, tomar aliento para seguir subiendo a las cumbres
montañosas y bajar a un pueblo real para conocer una desgracia…
Solo
diré que al acabar de leer Como bestias, pensé: “¡cómo me hubiera
gustado ser yo la que escribiera esta historia!”
Si. Aún con la impresión puesta porque acabo ahora mismo de terminarlo.
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