estoy muy despistada o quizá no tanto
Para
empezar, no (se) acentúa su apellido… aunque lo mismo la
pronunciación no es llana sino aguda: Enriquéz. No termino de verlo, pero no me voy a meter
en la identidad de esta escritora que lo mismo redacta sobre casquería
literaria: deformaciones humanas, mioma injertado en silicona cerca de la
columna de una paciente, que de vestidos criminales cuya dueña abandonó
maltratada y toda fémina que se los prueba padece el sufrimiento infligido por
su marido; miseria marginal y fantasía rocambolesca, pobres criminales, santos
y santeras… too much.
A mí me suena todo este contenido a escritores
juveniles dados a la hipérbole, a lo truculento, a lo extremo muy en la línea
de los 90. Un déjà vu que no me termina de convencer. Cuentos
y más cuentos superlativos que me dejan indiferente.
Pero ya sabemos, que para gustos, los colores y libros hay muchos para todo el público lector.
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